Enda O’Coineen, rumbo a Nueva Zelanda tras desarbolar

En uno de los muchos desafortunados momentos de la Vendée Globe, ésta llegaba a su fin, de forma prematura, para el primer patrón irlandés en la historia de esta regata: Enda O’Coineen. De repente, una inesperada racha de 35 nudos de viento ‘abrumó’ su piloto automático. Por su parte, el español Didac Costa ya ha superado la mitad del recorrido de esta octava edición de la vuelta al mundo en solitario sin escalas ni asistencia.

En segundos, el palo del Kilcullen Voyager-Team Ireland se rompió, cayendo en un costado del barco. En la 15ª posición de flota, 24 horas antes O’Coineen había terminado de completar una serie de reparaciones necesarias, mientras se resguardaba a barlovento de Isla Stewart, en la punta más al sur de Nueva Zelanda. Irónicamente, dos horas antes de que desarbolase, había grabado un video acerca del año nuevo, comprometiéndose a recalibrar su afinidad natural con el riesgo.

Habiendo reparado lo que necesitaba –principalmente el piloto automático y los ordenadores- y habiendo aprendido mucho de su experiencia y sus sólidas velocidades en el océano Índico, O’Coineen hablaba hoy de que esto era una gran decepción porque consideraba que estaba en buena posición para completar la segunda parte de su circunnavegación al planeta.
“Estoy destrozado. Las cosas iban bastante bien”, decía O’Coineen. “Estaba en buena forma. Habiendo llegado hasta aquí sentía que podía lidiar con todo. Fue simplemente una mal función del piloto automático, que puso todo el tren en marcha. Tengo que aceptar la responsabilidad. Lo que pasa, pasa”.
En términos de su Vendée Globe, con las 5.000 millas a Cabo de Hornos por delante, el patrón de 60 años tuvo la suerte de estar a menos de 200 millas del Sureste de Dunedin (Nueva Zelanda) cuando su mástil se vino abajo. Liberó el aparejo pero informó que no pudo salvar la botavara, ni ninguna parte del mástil, así que tiene unas opciones muy limitadas para hacer un aparejo de fortuna. Esta tarde se dirigía lentamente y a motor hacia Nueva Zelanda, con vientos de popa.

“Me cogió de sorpresa. Tenía entre 20 y 25 nudos de viento y un chubasco violento de 35 nudos vino de repente y el piloto automático falló en el peor momento. Trasluché involuntariamente una vez y luego volví a trasluchar. El barco estaba fuera de control. Tengo que reírme porque de lo contrario me echaré a llorar. El mástil cayó limpio en cubierta y de hecho estaba intacto. Pero todo el aparejo cayó sobre el costado. Tuve que tomar la difícil decisión de intentar salvar el aparejo o salvar el casco del barco”.

El humor de O’Coineen, su filosofía de vida y apasionado carácter se echarán de menos en las restantes semanas de Vendée Globe.

“Irónicamente acaba de hacer un breve video para año nuevo. Lo celebré con una pequeña botella de champán. Mi alter ego me preguntaba mi propósito de año nuevo y éste era tomar menos riesgos en mi vida. En los negocios, en mi vida personal, he arriesgado muchas veces. El riesgo precisamente me permitió ganar el suficiente dinero como para comprar este barco, perseguir mi sueño y luchar por mi aventura. Y aquí estoy”.

18 de los 29 barcos que salieron de Les Sables d’Olonne (Francia) el pasado 6 de noviembre continúan en regata. En la lucha por el liderato entre el francés Le Cléac’h y el británico Thomson, Armel ha ganado unas 43 millas en las últimas 24 horas. Su perseguidor, el Hugo Boss de Alex Thomson, buscará minimizar su tiempo amurado a babor porque no tiene foil en ese lado. Ambos ciñen en busca de los alisios del este que, aunque ligeros de 10-12 nudos, están unas 300 millas ciñendo, a su norte. Thomson podría recortar algunas millas a su rival ya que el anticiclón a su este se mueve al sur y por lo tanto traerá consigo los vientos del este más favorables conforme avanza.

Didac Costa, completa la mitad del recorrido
El patrón de Barcelona Didac Costa se acerca cada vez más al Pacífico sur, superando ya el punto que marca la mitad del recorrido de esta vuelta al mundo.

“Es un momento simbólico llegar a la mitad del recorrido, igual o quizás incluso más que doblar un cabo o cambiar de océano. Superar la mitad de la vuelta al mundo te muestra la dimensión real de la distancia que todavía te queda por recorrer. Mentalmente es un momento importante. A partir de ahora cada millas que Didac avanza, se acerca a Les Sables, no se aleja nunca más”, declaraba su director de equipo, el también catalán Jordi Griso.
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