Ricardo Rubio es uno de los empresarios más importantes de Santander. Enamorado desde muy pequeño de la vela, ha seguido la tradición de su familia con respecto a la pasión por la navegación clásica. Patrón del Giraldilla y armador de Gipsy, Ricardo «Petete» Rubio es vicepresidente de la Fundación Vela Clásica de España. Fundación sin ánimo de lucro que nace para proteger a los barcos de vela clásica. Hace apenas unos días recogió en Murcia el premio Laurel por el apoyo a un centro de empleo a propuesta de ASTUS, Asociación Tutelar de la Persona con Discapacidad.
¿Qué tiene de especial la vela clásica?
No conozco a ningún aficionado que ante una foto de un barco clásico navegando, o simplemente atracado en un pantalán, no capte su atención. Muchos de estos barcos son centenarios, con la historia que han pasado, ya sea por lo que ellos han vivido o lo que han supuesto en la evolución de los diseños hasta nuestros días, merecen un profundo respeto. No sería posible entender la vela actual sin ellos.
¿Qué filosofía tiene la vela clásica?
Difícil de responder. Solamente sacar a navegar estos barcos es un desafío. Además hay que estar en una formación continua porque se esta perdiendo, tanto la construcción de barcos en madera así como la manera tradicional de navegar. Además se fomenta la camaradería entre tripulaciones y armadores unidos por un mismo afán.
Yo siendo regatista toda mi vida aprendí en estas aguas andaluzas que “el afán desmedido de victoria puede ser motivo de descalificación” y esta es la verdadera filosofía que une a los navegantes clásicos.
¿Cuánto cuesta mantener una joya de este calibre?
No existen cifras determinadas. Influye mucho el tamaño y el grado de originalidad que se pretenda mantener. Indudablemente son más caros que un barco de tamaño similar moderno, pero si no se les abandona no excede en mucho la diferencia de precios. Por ejemplo, los seguros sí que son más caros, pero los atraques son iguales y los metros de carenado para patente son los mismos a barcos similares; efectivamente el elemento diferenciador serían los barnices, pero con un mantenimiento continuo no se disparan los costes.
¿Es una vela apta para todos los regatistas o hay que ser especial?
Sí claro, y además es tremendamente longeva. Aquí se disfruta del placer de navegar, llevar el barco bien aparejado y bonito, donde la competición pasa a un segundo nivel por debajo de la estética.
¿Cómo llegó a sus manos el “Gipsy”?
En 1951, mi padre y un socio de él en aquellos momentos lo compraron en Barcelona y desde entonces ha estado en la familia Rubio – Vilar. Primero en Tarragona como puerto base y desde el comienzo del proyecto de la Fundación Vela Clásica de España en primavera 2021 en Puerto Sherry, Cádiz.
¿Cómo se organiza una tripulación para unos barcos como el “Gipsy” o el “Giraldilla”?
Con amigos regatistas voluntarios que les apasiona esta vela. Primamos mucho el cambio de generación y actualmente estamos muy orgullosos de contar con los hijos de ilustres regatistas como María Torcida (hija de Pichu Torcida), los hijos de la familia Gonzalo o de la familia Galnares, entre otros.
Además, estamos atrayendo a mucha gente que no había conocido esta manera de navegar y que se están aficionando a este tipo de barcos. También contamos con un gran número de gente mayor que los barcos modernos ya no les llaman la atención y que les apasiona el volver a navegar como lo hicieron en su juventud; les llamamos la tripulación “Carbono 14” y nos ayudan con los transportes de los barcos.
¿Le falta al calendario español de clásicos alguna regata más?
Desde mi punto de vista no. Es más, creo que sobran. Pienso que se debería primar pocos eventos, de calidad organizativa, en sedes diferentes y que se fuesen rotando a lo largo de los años por distintos Clubs Náuticos que permitan acercar la flota a cuanta más gente mejor.
¿No le parece que el sistema de medición de los barcos clásicos es un poco injusto?
Yo no lo llamaría injusto si se refiere al sistema CIM, pero hay otros como el JCH por ejemplo o el mismo IRC que los iguala mucho con los barcos modernos.
El sistema CIM que prima en el Mediterráneo le falta transparencia en cuanto a la fórmula de cara a los armadores, y los coeficientes de originalidad podrían considerarse arbitrarios si estos no son públicos y con normas muy claras. Pienso que hay un exceso de protagonismos que no nos ayudan en nada.
La filosofía de la vela clásica es totalmente distinta a la de crucero, ¿eso significa que es una vela más conservadora?
Más bien diría que es distinto, puedes hacer un crucero con un barco clásico, pero efectivamente las comodidades no son las mismas. Tienes que ir siempre con más precaución y cuidado. A tener en cuenta que antiguamente navegar con 30 nudos era un temporal y se buscaba refugio enseguida, y hoy en día son condiciones duras, pero se navega con normalidad.
¿Cómo se os ocurrió lo de la Fundación Vela Clásica de España?
El conservar estos barcos no deja de ser un esfuerzo que muchos armadores llevamos haciendo durante años. El cambio de generación o la herencia de los mismos se nos hacía complicada no ya por el montante económico sino por los conocimientos necesarios para su correcto mantenimiento. Pensamos que una Fundación que integrará a los armadores podría ser un instrumento que redujera sus costes de mantenimiento, tuviera el conocimiento para su mantenimiento y que esta transición fuese lo más suave posible buscando que heredar un barco clásico no fuese un problema sino una suerte.
También buscamos que personas que se quieran deshacer de ellos encuentren un lugar donde se les ofrezca continuidad a sus barcos a través de nuevos propietarios.
Alguna vez has dicho: “no son solo un montón de astillas”, ¿hay algún clásico que te apasione que ya sea “un montón de astillas”? ¿Tiene salvación?
El Hispania, por ejemplo, es el barco emblemático de nuestra flota. Si tiene salvación o no depende de sus propietarios, y desconozco qué medidas están tomando para su puesta en marcha.
¿Qué ventajas tiene pertenecer a ella?
Muchas. En primer lugar, existe la posibilidad de no perder la posesión de los barcos porque se pueden aportar mediante un contrato de Comodato en cesión de uso.
En segundo lugar, hay unos beneficios fiscales muy importantes que pueden reducir el coste de mantenimiento hasta en un 40 %
En tercer lugar, y a través de la división de Varadero que hemos montado en Puerto Sherry, estamos llegando a acuerdos con proveedores importantes como Pinmar, Maderas Blanquer, Baterías Yausa, etc., que nos permiten obtener unos precios muy competitivos en materiales. En esta división estamos desarrollando un proceso de formación de carpinteros de ribera y mecánicos donde el precio hora, para miembros de la Fundación es muy competitivo, además de ahorrarse el IVA en la mano de obra que suele ser entre un 60% o 70% del coste de mantenimiento y/o restauración.
¿Qué requisitos hay que tener para ser socio?
Se puede ser colaborador de varias maneras:
Donante común que te da un derecho a poder navegar en alguno de los barcos de la Fundación ya sea en los traslados o en regatas a partir de 150€ al año. De tal forma que genera un ahorro fiscal del 80 % hasta esa cantidad y de un 35% en cantidades superiores.
Si eres armador de unos de estos barcos lo explicado anteriormente. Ceder el barco en un contrato de Comodato donde puedes seguir disfrutando del mismo en tu lugar de residencia beneficiándose de los ahorros fiscales.
Colaborador en especie donde puedes aportar tus conocimientos o tus ganas de ayudar.
¿Por qué está ubicada en Puerto Sherry?
Pedro Bores en el 2010 decide hacer una inversión fuerte tras la quiebra de la Real Fundación Hispania de Barcos de Época en el salvamento del “Hispania” y del “Giraldilla” para que la vela clásica fuese un elemento diferenciador de Puerto Sherry frente al resto de marinas deportivas. Nosotros con su viuda a la cabeza, Valle de la Riva, lo que hemos hecho ha sido continuar con su proyecto.
¿Cómo se financia?
La financiación la tenemos pensada de tres maneras distintas:
Subvenciones institucionales, muy difíciles dado los tiempos que corren.
Donaciones de particulares.
Por la parte empresarial y para que la Fundación sea autosuficiente hemos creado una marca de Bebidas Espirituosas “ Gipsy Gin” y “Gipsy Blu” que pretendemos sean las ginebras de los navegantes y donde la Fundación es la accionista de referencia, además de la división de Varadero que está yendo francamente bien.
¿Qué planes de futuro tiene la Fundación?
Consolidar el proyecto global. Queremos que más armadores se integren en ella y nos permitan acercar estas maravillas a la sociedad. Actualmente estamos en proceso de alcanzar un acuerdo de colaboración con AFANAS para la integración de discapacitados psíquicos en el mundo laboral donde el proyecto piloto ya terminado ha sido un rotundo éxito.
También estamos buscando llegar a un acuerdo con las escuelas de FP de la Bahía de Cádiz para que empiecen a formar carpinteros de ribera. En este sentido tenemos el “Isoba” que es un 6 metros Internacional en muy mal estado donado por el CN de Torrevieja y German Ruiz (armador del ILEX) donde su restauración queremos que sea el programa piloto.
Llega la Semana Clásica, ¿Qué se espera de ella deportivamente hablando?
Vamos a poder juntar unos 20 barcos destacando el “Sea Lion” y el “Fjrod” como barcos venidos de fuera de la región. “Giraldilla” no está apunto porque lo recibimos apenas hace 3 semanas y ha estado 2 años parado y dudo que podamos competir con ellos por el momento.
Además, estarán barcos emblemáticos como el “Disparate”, “Guadalmina”, “Centinela” y el “Seventy”, además del “Gipsy” como ilustre cangreja. Es una pena que no hayamos llegado a tiempo con el “Livia”, un Herreshoff de 43 ́ precioso, víctima de la borrasca Filomena en Valencia y en el que tenemos puestas muchas esperanzas de cara a la temporada próxima.
También estamos impulsando la división de mini clásicos en la Bahía con auténticos juguetes que son preciosos navegando.
¿Quién es el rival a batir?
Definitivamente el “Fjord”, el “Sea Lion” y el “Seventy”, ganador de la edición anterior.