La XVIII Copa del Rey – Repsol / Vela Clásica Menorca, acogió en aguas de Mahón una flota considerable en número, pero sobre todo, de una calidad inigualable.

En los muelles del puerto de Menorca, frente al club marítimo mahonés, han amarado esta pasada semana 49 barcos procedentes de 10 países para disputar la XVIII Copa del Rey Repsol de Barcos de Época, competición, considerada como la más importante de su clase en España y una de las cinco más prestigiosas del Mediterráneo. La regata ofrece, además de lo puramente deportivo, un atractivo extra para armadores y tripulaciones por las atenciones del club y la belleza del entorno. El Presidente del Club Marítimo Mahón, Antonio Hernández aseguraba: “la regata es un acontecimiento especial para Menorca y para Mahón, no solo por el impacto mediático, sino también el social y el económico tanto para Mahón como para toda la isla”.
No ha sido fácil la celebración de la regata tras perder el club los amarres que disponían, pero tras arduas negociaciones y el empeño de todos los miembros y colaboradores del club, han podido culminar con éxito la edición de este año. El Club ha contado con el apoyo de Repsol como principal patrocinador de la regata, así como el apoyo institucional del Consell de Menorca y el Ajuntament de Maó.

El viernes dio comienzo la competición con una salida inédita en la isla: la línea situada en el interior de la bahía, frente a las instalaciones del Club. El viento del norte animó al Comité de Regatas que lideraba la oficial Ariane Mainemare a dar esta arriesgada salida, complicada por el porte y la maniobra restringida de alguno de los barcos, además de su cantidad y del tráfico habitual del puerto. Pero sin ningún problema se pudieron dar cinco salidas separadas, una por clase, con intervalos de varios minutos, que llenaron este puerto natural, considerado uno de los más grandes del mundo, de preciosos veleros de madera aparejados de velas cangrejas y bermudianas.
El resto de los días las salidas se dieron frente a La Mola para navegar recorridos de entre 7 y 20 millas en función de la clase y la intensidad y dirección del viento. Estos recorridos discurrían a lo largo de la bella costra de la isla, que alterna acantilados, calas, playas, torreones de defensa y vigilancia, cuevas… y como no, la emblemática Isla del Aire, con su fotogénico faro, la del Rey dentro del puerto y el acantilado natural coronado de cañones de La Mola… todo un espectáculo visual!. Las llegadas estaban programadas todos los días frente año club, y se pudieron realizar excepto durante la segunda jornada, que la caída del viento aconsejó un acortar la competición a la entrada del puerto.

“Viveka» (Big Boats), “Spartan» (Época Cangreja), “Varuna» (Época Bermudiana), “Argos» (Clásicos) y “Calima» (Espíritu de Tradición) han sido los que finalmente se alzaron con el triunfo pero no sin tener que luchar contra una situación meteorológica diferente cada día, que pasó de los vientos del norte del primer día de 15 y 20 nudos que otorgaron unas condiciones magníficas de navegación, a la complicación de los 7 nudos del segundo día, también de componente norte, pero con roles de 10 a 40 grados, fruto de una situación meteorológica muy inestable, con cielo encapotado y unos altos niveles de humedad en el ambiente. Para el último día la previsión era en principio muy mala, pero tras un pequeño aplazamiento, entro el Xaloc (viento del SE) de entre seis y ocho nudos que permitió celebrase la última prueba del evento y definir a los campeones.

Los Big Boats, barcos de al menos 23 metros de eslora, mantuvieron una dura pugna hasta el último momento por la victoria. El “Viveka» (1929, Frank Paine), que volvía a navegar después de siete años de restauración, se impuso finalmente al “Sumurun» (1914, William Fife III). Por detrás, la impresionante goleta “Mariette» (1915, Herreshoff), de 39 metros de eslora, se vio superada por el “Hallowe’en» (1926, William Fife III), que ocupó la tercera posición.

Entre los Época, barcos construidos en madera o metal y botados antes del 31 de diciembre de 1949, entre los aparejados Cangreja, el americano “Spartan» (1913, Herreshoff) a pesar de ser el más pesado navegó muy bien con vientos ligeros sin fallar ni una maniobra y con una excelente táctica y se impuso a los otros dos diseños de Nathael Greene Herreshoff, el “Scud» (1903) de Patrizio Bertelli que timoneaba el pentamedallista olímpico Torben Grael, y el “Chinook» de 1916.

El Sparkman & Stephens de 1939 “Varuna” perteneciente a la clase Época con aparejo Bermudiano no contaba en principio para el podio, ya que la primera jornada solo consiguió solo un séptimo puesto, pero dos triunfos en las siguientes mangas le catapultaron al primer puesto final. El “Rowdy» (1916, Herreshoff), de Donna Dyer, fue de menos a más y terminó segundo, seguido del “Comet» (1946, Sparkman & Stephens), propiedad de William Woodward-Fischer.

En la clase Clásicos, barcos de madera o materiales metálicos botados entre 1950 y 1976, el “Argos» (1964, Holman & Pye) se defendió bien entre los vientos y olas menorquinas y con dos primeros y un segundo ganó la general de la clase, aunque el German Frers de 1976 “Encounter” le amenazó el primer puesto al ganar el segundo día. El “Giraldilla» (1963, Sparkman & Stephens), tercero en la general, demostró, como ya había hecho en las regatas de Palma, que tiene las condiciones para navegar en la vanguardia de la flota.

Ningún barco ha conseguido mas veces la victoria en la clase Espíritu de Tradición en la Vela Clásica Menorca que el “Calima» (1970, Sparkman & Stephens), y en esta ocasión tampoco falló a pesar de la oposición del “Legolas» (1996, Spirit), que ganó el primer día, y el barco argentino “Matrero» (1970, German Frers), que se estrenaba en la regata mahonesa.En esta categoría se dan cita los Clásicos que han sido modificados o aquellos que, aun siendo de madera o aluminio, fueron construidos después de 1976.

La Terraza del Club, desde la que se divisa gran parte de la bahía, fue el punto de reunión de tripulaciones, invitados y colaboradores de la regata, en la que comenzaba la jornada con un suculento desayuno y finalizaba tras las pruebas con atenciones gastronómicas por parte del Club Marítimo de Mahón, y donde el último día se hizo entrega de los galardones a los vencedores y se despidió a las tripulaciones citándolos para la próxima edición de la Vela Clásica Menorca

Luis Fernández